TECNICA DE EXPLORACION DE FONDO DE OJO
La exploración del fondo de ojo u oftalmoscopia consiste en la visualización a través de la pupila y de los medios transparentes del globo ocular (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo) de la retina y del disco óptico. Es un componente importante de la evaluación clínica de muchas enfermedades y es la única localización donde puede observarse in vivo el lecho vascular de forma incruenta. Para su realización en las consultas de Atención Primaria (AP) y en otras especialidades se dispone del oftalmoscopio directo.
La lámpara de
hendidura es un microscopio binocular con una fuente de iluminación potente y
ajustable, que proyecta un haz lineal por la hendidura, facilitando la
exploración del polo anterior con una imagen amplificada y en tres dimensiones.
Las técnicas de oftalmoscopia indirecta (con binocular y luz externa) y de
lámpara de hendidura con lente de Goldman permiten explorar la retina
periférica y habitualmente son realizadas por el oftalmólogo.
En este artículo
se expone la técnica de exploración del fondo de ojo mediante el oftalmoscopio
directo.
Material
necesario
Oftalmoscopio
directo
Instrumento óptico
que dirige una luz directamente sobre la retina a través de un espejo que
refleja el rayo proveniente de la fuente luminosa. Proporciona una imagen
amplificada entre 14 y 16 aumentos. Las ventajas e inconvenientes se describen
en la tabla 1.
Consta de los
siguientes componentes (figura 1):
• Cabezal. Dispone
de diversas lentes, diafragmas y filtros:
– Lentes esféricas de diferente poder dióptrico
entre 20 y –25 D para enfocar estructuras oculares situadas a varias
distancias. El disco de Recoss gira en sentido horario (números negros con
lentes convergentes) y antihorario (números rojos con lentes divergentes).
Permiten compensar la ametropía del paciente y del examinador.
– Diafragmas y filtros (figura 2):
a) La apertura
grande sirve para la visión en pupilas dilatadas y la pequeña facilita la
visión en pupilas sin dilatación pupilar.
b) Filtro verde o
luz aneritra: destacan las estructuras vasculares y las fibras nerviosas.
c) Filtro azul
cobalto: sirve para resaltar las erosiones o úlceras corneales teñidas con
fluoresceína.
d) Apertura de
fijación: uso en diagnóstico de fijación excéntrica y para situar lesiones
maculares.
e) Apertura de
hendidura: muy útil para apreciar diferencias de nivel (elevaciones o
depresiones), comparar el calibre de los vasos y para explorar la cámara
anterior.
• Mango. Depósito
de la fuente de energía (halógena o con batería) con un reóstato en el cuello
permitiendo regular la intensidad de la luz.
Colirio midriático
Tropicamida o ciclopentolato al 1% (opcional).
Oftalmoscopia del fondo de ojo normal
Las estructuras del fondo de ojo que se examinan
son (figuras 3 y 4):
• Parénquima
retiniano: la retina se visualiza como una membrana
semitransparente. La coloración rojiza que presenta se debe a la tonalidad del
epitelio pigmentario, y puede variar dependiendo de la raza, edad y color de la
piel. Va perdiendo el brillo con los años.
• Papila
o disco óptico: es la parte visible del nervio óptico y en
su valoración debe incluirse
– Forma:
redondeada u ovalada en sentido vertical, de 1,5 mm de diámetro. Los tamaños y
las distancias dentro del fondo de ojo se miden en «diámetros de disco».
– Color: blanco-rosáceo, con una zona central blanquecina, que
corresponde a la excavación fisiológica, es de tamaño variable no sobrepasando
el 30% del diámetro papilar. Su tamaño sirve para controlar la evolución de
algunas patologías que afectan al nervio óptico, sobre todo el glaucoma.
– Límites: netos, sobre todo en la zona temporal. Es frecuente observar
pigmento a su alrededor.
Técnica de exploración del
fondo de ojo
La
exploración debe realizarse en una habitación en penumbra. Es conveniente una
buena dilatación pupilar para examinar correctamente la retina. Los principales
pasos a realizar son:
• El explorador se debe situar enfrente y hacia un lado
del paciente, colocando el dedo índice sobre el disco Recoss (inicialmente a 0)
para ir enfocando a lo largo de la exploración.
• Pedir al paciente que mire a un punto lejano.
• Para el examen del ojo derecho, el oftalmoscopio se
sujeta con la mano derecha y se mira con el ojo derecho, haciendo lo propio con
el ojo izquierdo cuando este sea el ojo que se va a explorar.
• Se dirige el haz de luz hacia la pupila del paciente, y
a una distancia de 15 cm aproximadamente se observa el fulgor pupilar, lo que
indica la transparencia de los medios. Manteniendo un ángulo de 15o respecto
al eje sagital, el examinador se acerca al ojo del paciente, hasta unos 2-3 cm,
y sin perder de vista este reflejo es fácil que observe la papila. En caso de
localizar una rama vascular, se seguirá el trayecto de esta hasta su origen
común en el disco óptico.
• Para que no pasen desapercibidos hallazgos significativos,
conviene explorar el fondo de ojo de forma ordenada. Examinar, en primer lugar,
la papila que servirá como punto de referencia, valorando la nitidez de sus
bordes, coloración, relieve y continuar el recorrido por el fondo de ojo
siguiendo las arcadas vasculares.
• Los vasos retinianos principales se examinan y se
siguen de manera distal tan lejos como sea posible en cada uno de los cuatro
cuadrantes (superior, inferior, temporal y nasal). Se examina el color, la
tortuosidad y el calibre de los vasos. El polo posterior está comprendido
entre las arcadas vasculares temporales, mide 5-6 mm y es donde se localizan la
mayoría de las lesiones en la retinopatía diabética, como microaneurismas,
hemorragias o exudados.
• Se deja para el final la exploración de la mácula,
pidiendo al paciente que mire directamente hacia la luz del oftalmoscopio. Es
la zona más sensible y más molesta para el paciente. Un pequeño reflejo blanco
puntiforme señala la fóvea central
Tiempo necesario
Al igual que otras habilidades clínicas, el dominio de
esta está condicionado por la técnica adecuada y la práctica. Es importante la
perseverancia ya que al principio puede no resultar fácil la visualización del
fondo de ojo. Cuando se ha adquirido la destreza suficiente, puede realizarse
en 5 o 10 minutos. Es conveniente realizar breves descansos para no cansar en
exceso al paciente. Cuando se emplea tropicamida al 1% es preciso esperar 15
minutos previos a la exploración para que la pupila se dilate.
Referencias Bibliograficas
- Arias Puente A. Oftalmoscopia. Medicine. 1991;(9):13-21.
- Corcóstegui B. El fondo de ojo en la medicina práctica. Barcelona:
Espaxs, 1983.
- Degowin RL. Guía para la exploración diagnóstica. 6.a ed.
México, D.F.: McGraw-Hill Interamericana, 1998.



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